A
3 horas al este de la capital se encuentra el parque Gorkhi Terelj , por el
cual pasa el rio del mismo nombre, en el cual decidimos instalarnos por 3 días,
esta vez y a nuestro estilo imitaremos a las familias nómadas, no con una
"Ger" (carpa Mongola), sino más bien en una carpa minúscula para 2
personas, que nos sirve de casa, sala de estar y comedor. El cuadro natural es
impresionante un valle lleno de
caballos, Vacas , Jaks que se encuentran en total libertad paseándose de un
lado a otro y respetando dentro de todo el klan al cual pertenecen. Este será
el lugar perfecto para experimentar la cabalgata en Mongolia, luego de 2 días
de estadía en este parque decidimos de prolongar nuestra estancia a 5 días ,
realmente no tenemos ganas de alejarnos de esta ventana que nos acerca a una
vida en pleno contacto con el saber vivir de Mongolia, donde por las mañanas en
lugar de un despertador, se siente el inconfundible sonido de la hierba
arrancada a diestra y siniestra por algún hocico, los potros, terneros y jaks
recién nacidos, sin desconfianza de los hasta ahora poco conocidos humanos,
vienen en la mañana a reconocer sea a olfato o a lenguazo limpio los pies o las
orejas de quien tienen a bien ponérselas a su camino, a las 5 am no me despierta el sol,
sino una lengua traviesa que lame toda la carpa en busca de las gotas de agua de
lluvia que aun han quedado prendidas de nuestra casa móvil, si bien es cierto estamos dentro de
todo dentro del circuito turístico, nuestra larga e inmóvil estadía en estos
campos nos permite entrar en contacto con la gente del lugar, con la que
intercambiamos al principio sonrisas , palabras mal dichas y mal entendidas,
para luego lanzarnos a otro nivel de entendimiento, por ejemplo gastarle una
broma a Virgine haciendo entender al jefe de familia, que durante las noches
ella sueña con despertar en los brazos del Che Guevara. ( esta vez no hay duda
que he dejado las cosas clara) con replica mímica de confirmación de mi
contraparte. Una vez ya integrado con el cuadro natural la vida se pasa muy
placenteramente, entre lecturas, duchas de agua helada en el rio, paseos en
busca de fresas salvajes y juegos de comunidad, vemos pasar sin tristeza y sin
apuros una pequeña semana de nuestro viaje.
Mille et une indes
Hace 13 años
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