2 ene 2010

En la cima de Mondolkiri.



Al sudeste del reino de Cambodia, se encuentra un foresta mágica rodeada de fantásticas montanas las cuales dicen los locales guardan grandes misterios y riquezas, en donde el la montaña de Nan lie los diamantes y circones brotan como lágrimas de un ojo inflamado por el verde follaje del bosque que la rodea, luego de escuchar esos mágicos relatos, pues decidí poner mis pedales en dirección de esta la provincia más recóndita del país, deje atrás las costas del río Mekong y me embarque rumbo a las montañas, luego de quitar la carretera troncal me encontré en lo que creí seria el camino hasta las montañas un sendero arcilloso, en donde por momentos monos, tejones ardillas, chanchos cruzan sin cuidado, pero esta maravilla de carretera no podía durar por siempre , y es más duro solo por unos pocos kilómetros, hasta que me topé con un monstruo en construcción, que tatuara sobre la arcilla el sendero hacia Sen Monoron, si bien ya había tragado polvo y colinas en las pequeñas carreteras del norte de Laos, pero nada se compara a la cantidad de tierra acumulados en estos kilómetros de carretera, además de haberme acordado de quien podía ser el geólogo que haya trazado dicha carretera, una montaña rusa en donde los puentes son solo enormes columnas desnudas obligando a todos los que recorren esta carretera a descender hasta el cauce de los ríos, para volver a remontarlas, y así interminablemente por unos 90 km. resultado, que luego de 3dias de carretera los últimos 25 km (tercera etapa) con un viento en contra que solo me permitía avanzar a 5 km/h en plano y 12 en bajada, es que llego a Sen monoron, hambriento de descanso y sediento de holgazanería. me apropio de un bungalow por 48 hrs en donde solo me dedico a hacer nada, leer , comer , dormir, escuchar música, para luego aventurarme a las montañas de Bu Sra, en donde gracias a la hospitalidad local paso un ano nuevo atípico compartiendo los más humildes hábitos de los locales como son duchazos públicos y comer huevos duros en la tienda de la esquina.




pese a las vicisitudes que el camino ha ofrecido en esta oportunidad, los encuentros con los locales han sido joviales, sinceros y llenos de intercambios, he experimentado la hospitalidad de pueblo Khamer, y me he sentido un poco como en casa, solo faltaba un buen plato peruano a base de papas para sentirme un poco en casa.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

te quierom muchooo hermnaitoo!!! y me siento demasiadamente orgullosa de ti lo bueno es que ya pronto regresaras... ya te extrañamos demasiadoooo paola