Son las 3 a.m. de la mañana y la
conversación continua, las risas se nutren, las cervezas prosiguen su
recorrido, pareciera que nadie tiene la intención de perderse una hora
durmiendo en lugar de compartir con los amigos que el viaje pone el la ruta,
unos serán fugaces, otros serán duraderos, son las once de la mañana y en el
estadio la muchedumbre se alborota al ver pasar a su equipo nacional sobre
Sudáfrica en un partido de criket, son las 17:35 y las luces de la
sala de se apagan para dar inicio a un film iraní, que hace parte del festival
de cinema del la federación de cineastas de Bengal, son las trece horas y
me encuentro sentado en la calle viendo el bullicio y el movimiento mientras
introduzco mis dedos a mi Thali ( Plato a base de arroz y curry) cojo una
buena porción y la introduzco en mi boca para disfrutar de los sabores de la
india, son las cuatro cuarenta y cinco de la tarde, y en el templo de
Kaly no entra una sola persona más, la muchedumbre se atropella con tal de
poder posar su ofrenda a la figura más sagrada de Kolkata, son las siete
treinta y cinco de la mañana y me encuentro rodeado de una multitud uniformada
que ha invadido una parte de la ciudad todos llevan prisa y todos quieren
completar la maratón de Kolkata, es la una de la mañana y el dueño del hotel
viene con cara de pocos amigos anunciando que para la mañana siguiente todos
estamos "check out" que no es posible que cada noche haya reunión en
su Hotel, son las diez de la noche y en las inmediaciones del mercado los
puestos de Chai (te indio) se encuentran reuniendo los potes de barro en que es
servida la bebida, ya que la multitud se a dispersado pese a eso nunca niegan
el pequeño placer a un turista que se pasea a esas horas, son las seis cuarenta
y los colores estallan los olores se impregnas las sonrisas florecen en el
mercado de las flores, punto donde se elaboran la mayor cantidad de ofrendas
para los distintos templos. Son las ocho cincuenta de la noche, y en la mesa me
rodean otros cinco cicloviajeros con los cuales compartimos las historias de
carreteras comparamos experiencias y descubrimos coincidencias de trayectoria,
todos ellos llegaron por la misma ruta para encontrarnos en Kolkata.
Llegue a Kolkata (Calcuta) en pleno año
nuevo chino, mi reencuentro con la india luego de 7 años, esta vez tengo una
mirada distinta hacia el país, y mi manera de descubrir el norte de india será
atípica, desde la llegada a Kolkata he experimentado una energía
sin límites, con sus bazares llenos de vida, sus amplias avenidas rodeadas de
arquitectura colonial en un estado de conservación mínima, con sus taxis
carretillas impulsados por la fuerza del hombre, con sus olores y
colores, con su ruido asfixiante, con sus animales e insectos, con sus puestos
de comida callejera, con sus mendigos, con sus tranvías de mas de un centenar
de anos, con sus mercados de flores, la vida en Kolkata es
relajada, con muchas experiencias gratificantes como un Esporádico paso por las
casas de Madre Teresa de Calcuta, compartir junto con la multitud un partido de
criket entre india y Sudáfrica, asistir a un festival de cine, y para
despedirme de la cuidad correr el maratón de Kolkata. Una estadía larga y
gratificante el próximo punto el desierto de Rajasthan.
1 comentario:
Hola!
He estado ojeando tu blog encantada! Es una maravilla...!
No se si leerás la entrada...pero estaría muy agradecida si pudieses mandarme un par de consejos o de recomendaciones, ya que por el momento estoy planeando un viaje en solitario por Tailandia en bici.
Un saludo afectuoso, y espero que podamos ponernos en contacto.
Sonia
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