Las montañas nevadas , el aire puro, el
relativo silencio en las carreteras y la calidez de la gente de Himachal
Pradesh han quedado atrás; ahora mi brújula tiene como norte a Nepal en donde
hay la promesa de devorar más montanas las cuales llenan de impaciencia mis
muslos, así que esta vez sin perder tiempo decido tomar medios de
transporte en común, ya que el calor que se ha apoderado del norte de la india
y hace que pedalear en sus pistas se vuelva una tarea mas que
desagradable , pero antes de embarcarme en el “sleeper class” de cualquier tren
que me lleve cerca de la frontera con Nepal el destino hace que pase por un
pequeño oasis de espiritualidad y frescor en Uttarakhand.
Una ruta de montaña me conduce hacia la
arteria que nutre y purifica el alma y espíritu del pueblo hindú, un torrente
de devoción, plegarias e historia que atraviesa de oeste a este el norte de la
india, la arteria de la india , la madre, el origen y el fin de la vida, estoy
nuevamente admirando a mi amiga Mother Ganga ( río Ganges) río que
nutre de vida a los Ghats de la ciudad sagrada de Rishikesh, ciudad
autoproclamada como la capital mundial de la meditación y la espiritualidad,
desde los primeros metros circulados en esta ciudad se percibe un ambiente “
New Age” Sadhus de ojos de ébano , barbas blancas, pies descalzos
y túnicas color azafrán se confunden entre sadhus de ojos celestes
,barbas negras, pies descalzos y túnicas color azafrán. al verlos a los
ojos no se llega a hacer diferencias los unos de los otros, unos
llevan los ojos encendidos y han partido hacia otra dimensión, gracias a
un mantra , una meditación profunda o el corto camino del chillum (pipa de cannabis)
acompañando de fe. Estas calles son sagradas sin duda alguna , tanto para
los indios, como para todos los venidos de occidente en busca de un
acercamiento a esa espiritualidad que se encuentra desnutrida en el primer
mundo.
Gracias a un “local” alemán que desde hace
15 años ha hecho de Rishikesh su ciudad natal, es que llego a un Ashram al
borde del río Ganges, en donde mi estancia programada de 2 días se convirtió
finalmente en 2 semanas, gracias a los habitantes del barrio ( vecinos de
habitación) con los cuales compartimos desde el primer día esa energía que se
apodera de uno cuando se encuentra en un lugar como este, es decir: meditación
vespertina, seguida de una sesión de yoga por la mañana y por la tarde,
baños en el Ganges a la puesta de sol, almuerzos en el “Thali Ashram”, samosas
de coco con chocolate o manzana con canela, y dormir en el techo de los
dormitorios ya que es la única forma de estar fresco durante la noche, es así
que rishikesh se gana el corazón de los que la visitan y la viven, siempre en
el espíritu de conseguir la paz y entendimiento entre los seres.
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1 comentario:
Bravo!!!!!
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